En 1884 ocurrió un acontecimiento importante para el mundo del arte con repercusiones para el futuro: se creó la Sociedad de Artistas Independientes. Era un organismo permanente que admitía a todos los artistas sin discriminación. Las reuniones en las que se gestó esta Sociedad se celebraron en el café Marengo, y en ellas se conocieron Seurat y Signac.
Las evaluaciones relacionadas con este tema son las siguientes:
Estos jóvenes artistas estaban intentando salir adelante con un estilo muy original que tiene su origen en la radicalización de los métodos Impresionistas de mezcla óptica y contraste de complementarios.
Expusieron sus obras por vez primera en el Salón de los Independientes ese mismo año de 1884. A ellos dedicaremos esta sección. Primero introduciremos los orígenes y fundamentos pictóricos del nuevo método propuesto por Seurat y Signac, y que acabaría llamándose Neoimpresionismo, puntillismo o divisionismo.
Posteriormente estudiaremos con algún detenimiento la obra y el estilo de los dos representantes más destacados del Neoimpresionismo: Georges Seurat y Paul Signac.
El término «Neoimpresionismo» fue acuñado por el crítico Felix Fénéon en un artículo de 1887, para referirse al estilo de estos nuevos artistas. Como posteriormente explicara Signac, uno de ellos, hubieran preferido que su estilo se denominara «cromo-luminismo», pero no rechazaron la propuesta de Fénéon porque el término «Neoimpresionismo» servía:
«para rendir homenaje a los esfuerzos de sus predecesores [impresionistas] y para destacar que, aunque los procedimientos difieran, los fines seguían siendo los mismos: la luz y el color. En este sentido debe entenderse el término «Neoimpresionismo», ya que la técnica empleada por estos pintores es profundamente diferente de la de los impresionistas, hasta el punto que mientras la técnica de éstos es instintiva e instántanea, la de los neoimpresionistas es deliberada y constante»
En nuestra caracterización inicial del Neoimpresionismo nos centraremos en dos aspectos: en la situación de relativa crisis a que llegó el grupo de impresionistas en la década de 1880, y en el estudio de los recursos técnicos que utilizaron los neoimpresionistas.
Hacia 1886, fecha de la octava y última exposición de los impresionistas, estaba claro que la unidad de este grupo de artistas ya no se podría recuperar.
Por una parte, durante los años anteriores habían surgido entre ellos diferencias personales que acabaron siendo insuperables. Degas ya no hablaba con Monet, Sisley ni Renoir, por haber cedido a exponer en el Salon buscando mejorar su apurada situación económica. Otros miembros del grupo también reprochaban a Degas haber introducido en el grupo a amigos italianos.
Por otra parte, desde el punto de vista creativo era inevitable que el Impresionismo llegase a un callejón sin salida, a un agotamiento. Hemos visto que Monet afrontó esta crisis desplazándose hacia la disolución de las formas. Renoir luchaba contra sus dudas volcándose en el estudio de los clásicos e intentando recuperar el dibujo. Degas hasta cierto punto estaba exento de esta crisis, puesto que formalmente su enfoque clásico no le enfrentaba a los mismos problemas que tenían Monet y Renoir. Sin embargo Degas amplió sus horizontes en la fotografía y el grabado.
Parecía que el Impresionismo, en tanto que movimiento artístico que daba protagonismo total a la luz y el color, estaba llegando a su final. Desde La Grenouillère
Claude Monet (1869)
En esta obra Monet plasma la fugacidad de los reflejos del agua y la luz de la atmósfera con un amplio repertorio de pinceladas. Las figuras humanas apenas son esbozadas con pinceladas verticales.">La Grenouillère de Monet y de La Grenouillère
Pierre-Auguste Renoir (1869)
Renoir también capta la instantaneidad del momento, pero a su manera: con toques más sutiles y vivos que los de Monet (que era de pincelada más ancha y colorido más opaco).">Renoir, en 1869, hasta esta compleja situación del final de la década de 1880, habían pasado dos décadas.
Pero en la última exposición de los impresionistas de 1886 aparecieron signos de renovación. Ese año presentaron sus obras, de la mano de Pissarro dos jóvenes pintores: Georges Seurat y Paul Signac, exhibiendo un original estilo. El propio Pissarro había adoptado dicho estilo un año antes.
Técnica divisionista
Los pintores neoimpresionistas siguieron tratando los temas de la vida moderna y del paisaje. Pero trataron de superar al Impresionismo llevando al extremo el método impresionista de mostrar los temas. Las obras de Seurat, Signac y Pissarro de esa época se basaban en la elevación de la mezcla óptica a principio supremo de la pintura. Se inspiraron en los escritos de Charles Blanc, así como en las obras de investigadores del color como Chevreul, Sutter o Rood. Pretendían elaborar sus obras con rigor científico. Fundamentalmente se basaron en dos principios:
- En la aplicación de pequeñas pinceladas yuxtapuestas de colores lo más puros posible, para conseguir la mezcla óptica en la retina del espectador.
- En la ley de los complementarios, que afirma que dos colores complementarios se realzan mutuamente si se aplican yuxtapuestos sobre el lienzo en pinceladas independientes, como en mosaico (y se oscurecen hacia un gris oscuro si se mezclan en la paleta).
eorges Seurat (1859-1891)
Seurat tuvo una vida corta (murió a los 31 años), pero muy fecunda. No hizo muchas obras de gran tamaño, pero las que hizo han quedado como emblemas de la pintura del siglo XIX por su tremenda originalidad.
En nuestro breve recorrido por la pintura de Seurat analizaremos tres pinturas: Baño en Asnières (una obra de 1883-1884), su obra mas conocida Una tarde de domingo en la Grande Jatte (1884-1886) y una obra que no consiguió terminar: En el circo, aunque la expuso, inacabada, en el Salón de los Independientes de 1891, el año en que murió.
Los primeros años
Seurat nació en París una familia de clase media acomodada, aunque no rica. Nunca pasó los apuros económicos que otros artistas contemporáneos, como Gauguin, Van Gogh, o tantos otros. A los 18 años ingresa en la Escuela de Bellas Artes de París, bajo el magisterio de Henri Lehmann, un discípulo de Ingres.
Pronto se mostró como un chico muy curioso y poco dispuesto a dejar marchitar su creatividad bajo la rigidez academicista a que estaba expuesto. Para satisfacer su curiosidad, a los 17 años ya había leído una obra de Charles Blanc titulada Gramática de las artes del dibujo. En este libro Blanc anunciaba que el color estaba regido por unas leyes inmutables que pueden enseñarse lo mismo que se enseña música.
También parece que leyó las obras del químico y teórico del color Chevreul, por las que conoció las leyes del «contraste simultáneo», fundamentales en su obra. Leyó también a Rood, a partir de cuyas obras elabora un círculo cromático que le servirá para determinar los colores complementarios. No sólo estudió la teoría del color; también leyó una obra de Humbert de Superville en la que este autor alemán proponía, en 1827, que las líneas del dibujo tienen un significado psicológico según cómo sea el trazo.
Por lo tanto, queda clara la voluntad de Signac por adquirir una base teórica que le permita imponer una estructura lógica, científica, al trabajo pictórico. Esto se manifiesta ya en su primer gran lienzo: Baño en Asnières
Georges Seurat (1883-84)
Seurat consigue una pintura muy ordenada, con una distribución muy estudiada de cuerpos con volumen y vacíos repartidos rítmicamente por el lienzo. Es llamativa la simplicidad de las formas, y el uso que hace el artista de las formas regulares.">Baño en Asnières (1883-1884).
na tarde de domingo en la Grande Jatte
«En esta obra Seurat revela a la burguesía incapaz de divertirse en la naturaleza algo triste de un suburbio, y se burla de los paseantes inmóviles y aburridos».
José Pijoan en Summa Artis, Vol XXIII
Con Una tarde de domingo en la Grande Jatte asistimos al manifiesto del divisionismo. En toda esta obra se aplica de manera escrupulosa el método puntillista desarrollado por Seurat.
Necesitó 34 cuadros preparatorios, más 29 dibujos. La composición guarda algunos elementos comunes con su obra anterior Baño en Asnières; por ejemplo, la línea en diagonal de la ribera del río. Aquí el desafío es aún mayor, pues fue preciso acomodar casi cuarenta personajes.
En el circo
Esta obra la pintó Seurat en la última etapa de su vida, y según parece no llegó a concluirla. Fénéon sugiere que esto se puede apreciar en que hay amplias zonas del lienzo en las que los contornos apenas se han esbozado con pequeñas pinceladas de azul.
En esta obra es llamativo el uso que hace Seurat de las líneas curvas, con un claro predominio de las horizontales (a excepción de la gran puerta que aparece arriba a la derecha). Para entender el uso que hace Seurat de horizontales y verticales, así como la elección de colores de esta obra, es significativo el siguiente texto, dictado por Seurat a sus biógrafos:
«Línea es la dirección en relación con la horizontal. Todas estas armonías se clasifican en armonías del reposo, del júbilo y de la tristeza. El júbilo surge en el tono cuando predomina lo claro; en el color cuando predomina lo cálido, en la línea con el movimiento que se alza sobre la horizontal. El reposo aparece cuando lo oscuro y lo claro se equilibran.»
Según este punto de vista expuesto por el mismo Seurat, está claro que ha compuesto su En el circo siguiendo un estudiado plan en el que los tonos claros y colores cálidos que predominan no tienen una función accidental: buscan transmitir el júbilo, la alegría del espectáculo circense. Lo mismo sucede con las curvas dispuestas sobre la vertical, como la acróbata sobre el caballo, el saltimbanqui o el maestro de ceremonias.
El marco que pinta Seurat en los bordes aparece también en otras de sus obras (como en Baño en Asnières
Georges Seurat (1883-84)
Seurat consigue una pintura muy ordenada, con una distribución muy estudiada de cuerpos con volumen y vacíos repartidos rítmicamente por el lienzo. Es llamativa la simplicidad de las formas, y el uso que hace el artista de las formas regulares.">Una tarde de domingo en la Grande Jatte) y su función es la de resaltar el contenido enmarcado mediante el uso de colores complementarios (el contenido es anaranjado, y el marco azul marino).
Esta obra se expuso (aún estando inconclusa) en el séptimo Salón de los Independintes, en 1891. Seurat moriría repentinamente de difteria, a la temprana edad de 31 años antes de que concluyera esta muestra.
Por: Ronald Ramírez Olano
Para: Daily Art .
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